*...Independencia

Una de las cosas que más rabia me ha dado siempre es que se metan en mi vida. Tengo un carácter muy especial, y detesto que me digan cómo tengo que ser, qué me tiene que gustar, cómo tengo que vivir...No me molesta que me aconsejen o me hagan sugerencias. Lo que me molesta es que se cuestione mi capacidad para autodirigirme y que no me dejen tomar mis propias decisiones. Y no estoy hablando de mis padres, que eventualmente me tratan como si aun tuviera 6 años, exactamente como todo padre que se precie.Eso en cierto modo es comprensible y perdonable. Estoy hablando de todos los demás.

Tengo la teoría de que para poder hablar de algún tema, hay que conocer dicho tema, si no se corre el riesgo de meter la pata. Con las personas pasa lo mismo. Para hablar de ellas hay que conocerlas, y conocerlas bien, si no la pata que se puede llegar a meter es de un tamaño descomunal. Jamás me arriesgaría a decirle a nadie lo que pienso de algún tema personal que no me concierna a menos que me lo pidan expresamente, y eso cualquier persona de mi entorno lo sabe. A veces ni aunque me lo pidan lo digo, porque creo que cada persona es dueña de su vida y tiene derecho a tener sus éxitos, y también a cometer sus errores. Así se aprende. No creo que haya nadie, ni siquiera mi madre, o mi hermana, que son las que más se acercan, que pueda decir que me conoce. Como para poner la mano en el fuego por lo que estoy pensando. Nadie. A veces son divertidas las conversaciones simultáneas que tienen lugar en mi vida. Las que mantengo con los demás y las que mantengo con mi cerebro. Algún día tengo que trancribir alguna.

No sirve de nada que le digas a alguien: "No hagas tal cosa", porque por un lado, si te hace caso, no habrá aprendido nada realmente, habrá memorizado un tipo de conducta. (Insisto en que esto es sólo teoría mia, mi forma de pensar, que no espero que nadie comparta, y naturalmente tiene sus excepciones, todos queremos evitarle daño a las personas que nos son caras, a veces no podemos hacer otra cosa que intervenir, pero son momentos excepcionales, no la regla cotidiana). En todo caso, la frase que yo considero apropiada es : "Yo no lo haría", porque cada persona es única. Lo que es bueno para mí no tiene porque serlo para nadie más.

Nadie siente como yo siento, ni piensa como yo pienso, porque nadie está dentro de mi cabeza como para saber lo que está pasando por ahí, a menos que yo se lo diga, y no lo hago. No lo hago porque ese, de momento, es el único espacio que es genuinamente mío, para mi solita, mi único retal de intimidad. Lo demás, por la experiencia que tengo hasta la fecha, es de disposición y derecho público. Hasta ahí es donde alcanza mi poder de decisión por el momento.

Por otro lado, quiero dejar claro que hay muchas personas a las que quiero, cuyas opiniones son muy valiosas para mí, a las que respeto y que (creo) me respetan, y les quiero dar las gracias por ello.

Bueno, después de haber liberado este pequeño trozo de mi misma, me he quedado bastante agusto. ¡Un saludo!

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